Para que nuestro país tenga mejores ciudadanos, necesitamos la participación activa y responsable de todos. El ser mejores ciudadanos requiere por supuesto, que seamos mejores seres humanos. Para lograrlo, se requiere disciplina, tenacidad y más que nada, vivir con valores que no dejen lugar a dudas. Y es aquí donde la cosa se complica.
Se complica porque como sociedad no estamos de acuerdo en nuestra jerarquía: mientras unos predican con ejemplo intachable en virtudes, otros parece que se regocijan con lo contrario. Entonces nos preguntamos por qué hay injusticias, por qué hay violencia, por qué hay niños y jóvenes que carecen de guía... ¿Qué les estamos enseñando?
Nuestro "trabajo" como adultos es lograr transmitir a nuestros niños y jóvenes lo mejor de nosotros como individuos y como sociedad, como habitantes del mundo. Nuestra labor tiene que ser inculcar con amor, la disciplina y los límites que los chiquillos de la actualidad piden "a gritos".
Y aunque pueda parecer una labor titánica y muy a largo plazo, con verdadera educación y constancia, podemos trabajar desde hoy con detalles que marquen alguna diferencia. Veremos que poco a poco se podrán ir formando seres humanos virtuosos.