Damos por hecho.
A veces damos por hecho que un niño tiene que ir a la escuela, aprender y luego ir a trabajar. Después podrá formar una familia y volver a inciar el ciclo con sus propios hijos...
Como si así de fácil fuera para todos. Se dice en tres palabras pero, ¿te has puesto a pensar que hay quienes para lograrlo requieren de algo más que su propia voluntad?
Miles de niños en Méxivo (y en el mundo), no tienen un fácil acceso a la educación. En nuestro país, muchos niños y niñas se enfrentan a problemáticas económicas, familiares, de salud, etc. que les impiden tener una infancia tranquila en la que, estudiar sea una actividad que se da por hecho.
Para miles de niños de escasos recursos o en situación de desamparo o con ciertas desventajas, ir a la escuela y continuar con sus estudios es mucho más que un reto.
Para todos ellos, organizaciones sin fines de lucro, como las casas hogar, se convierten en un oasis que les brindan, no sólo refugio físico y emocional, sino la oportunidad de aprender y abrirse camino en un mundo que exige cada vez más y con mayor fuerza, de individuos capaces de sortear toda clase de vicisitudes.
Nuestro reconocimiento a la labor de todas la personas que trabajan en estas instituciones que también se enfrentan a carencias y que tienen que buscar fuentes de financiamiento y recursos materiales -e inmateriales- para darle a estos chicos lo que necesitan y merecen.